martes, 31 de marzo de 2015

Al desarmar Glock con tiro en recámara - ¿Se dispara o no?

domingo, 29 de marzo de 2015

Audio Original Avion Airbus A320 antes del accidente

sábado, 7 de marzo de 2015

La policía que queremos



Desde niño en México he escuchado denigrar a la policía. Mi papá, mamá, adultos que me rodeaban, sin problema alguno, se referían a los policías como ratas, ineptos, ignorantes y corruptos.



En el México de los años 70 me tocó varias veces estar presente en las discusiones donde mi papá, lograba escabullirse de una multa o, si tenía prisa, dar a los oficiales “pa' sus chescos”.



Mi papá se dedicaba al comercio y a finales de los 80 dejó la capital precisamente porque estaba cansado de que asaltaran su negocio incluso lo secuestraron "mientras estos ratas (los policías) no saben hacer su trabajo o de plano están de acuerdo con los delincuentes", dijo.



El problema de inseguridad fue creciendo hasta convertirse en lo que hemos visto en los últimos 15 años: Un problema nacional que ha puesto en jaque a gobiernos e imagen del país.



Los diagnósticos apuntan a una serie de problemas que generan estas condiciones: Subdesarrollo, desigualdad, falta de trabajos honestos bien remunerados, bajo nivel educativo y difícil acceso a la educación, debilidad institucional, corrupción y específicamente corrupción de la policía, entre otras causas más.



Por absurdo que parezca repetimos los diagnósticos como mantra pero el problema de la inseguridad en muchas entidades lejos de bajar, ha crecido; y al mismo tiempo también lo ha hecho la certeza de que algunos integrantes de la policía secuestran, extorsionan, matan o están coludidos con la delincuencia.



Mientras, en cada campaña electoral escuchamos más o menos las mismas frases "o corrupción o impunidad", "limpieza de las corporaciones policiales". Y precisamente para esa limpieza de la policía, hemos emprendido una gran campaña para incentivar el uso de los controles de confianza en nuestras corporaciones y someter a casi todos los integrantes a controles patrimoniales, exámenes toxicológicos y al polígrafo. Algunos estados incluso afirman haber aplicado el 100% de los controles, pero ¿tenemos a corporaciones policiacas más limpias? Aparentemente no.



Esto se debe a que seguimos pensando en resolver el problema con el uno a uno, como si el problema fuera sólo del individuo, sin considerar que un excelente elemento, honesto y comprometido, puesto en un ambiente corrupto tiene de dos: O se corrompe o es expulsado del grupo (incluso privándolo de la vida).



Imposible e injusto pensar que deberíamos despedir a todos y volver a empezar de cero; improbable creer que porque alguien haya pasado un control de confianza es intachable, ¿entonces?



Entonces debemos implementar aquellos cambios institucionales necesarios para prevenir o disuadir cualquier acto de corrupción e incentivar las buenas conductas.



Empecemos por pensar que un control de confianza no sustituye una buena selección y entrenamiento; veamos el caso de la Fuerza Civil de Nuevo León, más de 100 mil candidatos para contratar a menos de 5,000 integrantes. Con estos números es más probable que yo realmente elija a los mejores, a los más comprometidos y con vocación.



Esto se contrapone en muchas ocasiones, a lo que sucede en la realidad: Contrato al que puedo, no al que quiero.



Y ¿por qué la selección me lleva a tener los candidatos que puedo y no los que quiero? ¡Fácil! Porque si ofrezco sueldos bajos, ninguna prestación, horarios de trabajo de 24 horas (imposibles de cumplir en estado óptimo para cualquier persona), un trabajo de alta peligrosidad, condiciones laborales indignas e insuficientes para cumplir la labor, una pobre capacitación, violación a derechos laborales, desprestigio de gremio; sólo un porcentaje estará dispuesto a trabajar conmigo y otros lo harán simplemente porque no tienen otra opción.



Hasta que ser policía no sea un trabajo (que se realice por vocación), honorable, digno y una opción para el progreso personal y profesional que permita el sustento familiar, difícilmente tendremos la policía que queremos.



Lo anterior sólo son condiciones necesarias, pero no suficientes, es importante que esas características se sumen a los cambios institucionales que debemos implementar: sistemas de control interno autónomos e independientes en decisiones y presupuestos; fortalecer los sistemas de denuncia interna y externa; protocolos administrativos y de actuación claros y que se implementen consistentemente; cadenas de mando que rindan cuentas sobre uso de recursos y decisiones tomadas; transparencia y rendición de cuentas institucional en designación de recursos; puestos e información de incidencia delictiva; capacitación adecuada, pertinente y sustantiva a las funciones que cada uno de los integrantes de la corporación desempeña; implementación de supervisión externa por parte de ciudadanos honorables; un Ombudsman policial que proteja los derechos humanos de los policías; la reinstalación de los policías que se demuestra que no tienen motivo de suspensión; seguimiento a los policías que son dados de baja para que no se vayan hacia el lado de los delincuentes.



Muchos de estos cambios son viejos conocidos, están previstos en la ley, pero como en muchos casos sucede, quedan casi como mera invitación a quien los quiera implementar.



Y a pesar de que ya conocemos los cambios, hoy se discute una reforma policial que, como ninguna, puede modificar el control territorial y el uso legítimo de la fuerza por parte de nuestros gobernantes. En un ambiente de políticos inmaduros, por llamarlos de alguna manera, se piensa en llevar el control local policial de los municipios a los estados, con la esperanza de que los gobernadores no usen la policía para apoyar a los amigos y desproteger a los enemigos.



Se discute una reforma importante que se sustenta en la debilidad y corruptibilidad de las policías municipales, así como en la dificultad de la federación para fortalecer a estos aproximadamente 1,800 cuerpos policiacos[1], respecto a fortalecer 32 policías estatales; una reforma que puede tener bondades, así como debilidades; una reforma que nos afecta a todos y que debe ser discutida a detalle porque el riesgo que salga mal es grande. No sería la primera vez que se implementa un gran cambio institucional para el que no hay ni los recursos humanos y materiales, ni el marco institucional.



Algunas de las organizaciones de la sociedad civil, académicos, expertos y autoridades policiales, nos hemos reunido en una “Red por la Seguridad: Policías + Ciudadanos” con el fin de estudiar el proceso y solicitar al Poder Legislativo que, antes de aprobar fast-track algo, abra una consulta informada para llegar con la mejor propuesta posible que garantice mínimos indispensables para un fortalecimiento de la institución policial, sea esta a través de un Mando Único Estatal o no.



Tengo gran estima y cariño por la institución policial, porque la conozco y he tenido el honor de trabajar con ella fortaleciéndola en Cultura de la Legalidad. Me molestan las generalizaciones y el desprestigio del que cubrimos a ésta.



Me tardé 10 años para que gente cercana a mí entendiera por qué cada que damos una mordida somos corresponsables del problema y que antes de hablar mal de un policía debemos preguntarnos nosotros qué estamos haciendo.



México nos necesita a todos y por eso debemos proteger a los policías buenos y denunciar a los malos, impulsando e incentivando la Cultura de la Legalidad. Sólo así podremos generar ese cambio que requiere el país.



FRANCISCO RIVAS RODRÍGUEZ

viernes, 6 de marzo de 2015

En México tristemente las armas están en las manos de los delincuentes

En México tristemente las armas están en las manos de los delincuentes así como se hacen campañas de despistolizacion se deberían de hacer campañas de como legalizar armas o adquirirlas o mejor aun el uso correcto de ellas concientizar no atemorizar por eso los policías te siembran armas a la hora de la detención y te extorsionan se aprovechan de la falta de información y del decrepito sistema de justicia que hay ahora tampoco ser tan extremos de pasear con ellas en los supermercados pero de que te sirve una 22 o una 38 especial y eso sin que sean automáticas o toda la reglamentación que tiene la ley federal de armas de fuego si un delincuente no te va a llegar con una de esas trae 9mm cuernos de chivo en México hay mucha extorcion, secuestro, robo y violación por que reitero los armados son los criminales he leído notas de que asaltan autobuses pasajeros y violan matan y nadie hace nada por que aunque sea con una navaja amagan y nadie puede portar arma por que es ilegal la policía el soldado no están en ese momento se ha visto que las fuerzas del orden mexicanas son insuficientes e ineficaces por la misma corrupción si matas a alguien en tu legitima defensa que dejara de ser así en el nuevo sistema de justicia penal simplemente sera homicidio y vas al vote por salvar tu vida o la de un ser querido o la de un simple ciudadano al frustrar un asalto y lo mismo da que lo mates con una 22 a otra arma de uso exclusivo el gobierno no quiere que estés armado por que sabe que es corrupto los delincuentes no quieren que estés armado por que saben que los enfrentas el gobierno te da atole con el dedo en un sistema burocrático con mucha documentación y trabas eso de nada sirve en el momento de defender lo que amas el hecho de ser ciudadano mexicano te otorga ese derecho por que a los del ejercito de oficial para arriba se les permite tener y portar la explicación lógica seria son soldados de alto rango y sirven a la nación habemos mucho mexicanos que servimos a nuestra nación honestamente y no tenemos ese derecho y no somos menos mexicanos por no ser soldados una bala hacia tu familia no distingue de si eres soldado eres abogado, medico, maestro, psicólogo, o un simple jornalero nuestros votos valen igual cuando elegimos gobernantes es momento que le den el mismo valor al voto a los mexicanos de bien. te mando el mensaje para que lo analices con esto no busco rebelion solo concientizar a los gobiernos que urge una modificación tanto a la constitución como a la ley de armas por otro lado valdría la pena que mi comentario si lo haces extensivo sea anónimo ya sabes como son los gobiernos y mas estos que están ahorita saludos confió en tu buena discrecion

martes, 3 de marzo de 2015

Guardia Suiza



Guardia Suiza




La Guardia Suiza (en latín: Custodes Helvetici; en italiano: Guardia Svizzera) es un cuerpo militar encargado de la seguridad del Estado de la Ciudad del Vaticano.

Otro cuerpo de guardias de origen suizo se encargó también de la seguridad del palacio de Versalles (Francia) durante el reinado de Luis XVI.

El jefe ceremonial de la Guardia Suiza es el Papa, soberano de la Ciudad del Vaticano.

En la actualidad, se trata del ejército profesional más pequeño del mundo, con alrededor de 100 soldados.

La historia de la Guardia Suiza tiene su origen en el siglo XVI. El papa Sixto IV ya había hecho una alianza previa con la Confederación Suiza y construyó cuarteles en "Via Pellegrino" previendo la posibilidad de contratar mercenarios suizos. El pacto fue renovado por Inocencio VIII para usarlos contra el duque de Milán. Alejandro VI los utilizó durante su alianza con el rey de Francia. Durante la época de los Borgia, sin embargo, comenzaron las guerras italianas, en las cuales los mercenarios suizos eran un accesorio en la línea del frente entre las facciones beligerantes, a veces por Francia y, a veces por la Santa Sede o el Sacro Imperio Romano Germánico. Los mercenarios se reclutaron cuando se oyó decir que el rey Carlos VIII de Francia planeaba una guerra en contra de Nápoles, entre cuyos participantes estaba el cardenal Giuliano della Rovere, el futuro Julio II.

Fue creada el 21 de enero de 1506, tres años después de que el Papa Julio II ocupara la silla de San Pedro y pidiera, a los nobles suizos, soldados para su protección, formando una compañía de 150 hombres. En ese momento, la elección lógica fueron los mercenarios suizos, debido a la reputación que se habían labrado en las Guerras de Borgoña. La fecha oficial de su fundación es, pues, el 21 de enero de 1506.

Diversos hechos de armas han inmortalizado la bravura de estos soldados, pero el más memorable ocurrió el 6 de mayo de 1527 cuando se enfrentaron a un millar de soldados alemanes y españoles durante el saqueo de Roma por parte de las tropas del emperador Carlos V. Lucharon ante la basílica de San Pedro y siguieron combatiendo mientras retrocedían hasta los escalones del altar mayor. Sobrevivieron sólo 42 de los 150 guardias suizos; estos formaron un círculo alrededor del Papa Clemente VII y lograron que escapara por un pasaje llamado Passetto di Borgo que conduce al castillo de Sant'Angelo.

Rememorando este hecho, cada 6 de mayo los nuevos alabarderos juran sus cargos ante el Papa y los ascendidos toman posesión.

No se considera que la Guardia Suiza pertenezca a ninguna otra organización: su función exclusiva es la de ejército del Estado soberano de Ciudad del Vaticano. Está compuesta por unos cien soldados: el Comandante, con el rango de coronel, quien es la máxima autoridad del cuerpo militar, Vicecomandante de la Guardia Suiza y un capellán, teniente coronel, un oficial con el grado de comandante, dos oficiales de rango capitán, 23 mandos intermedios suboficiales, 70 alabarderos y dos tamborileros.

Se les entrena en procedimientos y manejo de armas modernas como el fusil suizo SIG 550 y las pistolas SIG Sauer P220 y P226, aunque también se les enseña a manejar la espada y la alabarda. Reciben lecciones de autodefensa, así como instrucción básica en tácticas defensivas de guardaespaldas similares a las utilizadas en la protección de muchos jefes de Estado.

Los reclutas deben ser varones que cumplan los siguientes requisitos:

Su estado civil debe ser soltero.
Mínimo 1,74 m de estatura.
Edad actual entre 19 y 30 años de edad.
Poseedores de un título profesional o grado de secundaria.
Su fe debe ser católica.
Poseedores de la ciudadanía suiza.
Haber cumplido una instrucción básica en las Fuerzas Armadas Suizas y haber obtenido certificados de buena conducta.
La bandera porta en la parte inferior las armas de Julio II, en la superior las del Papa actual y en el centro las armas de su comandante.

Pueden casarse si prorrogan su enrolamiento por 2 años más, siendo necesaria la aprobación del capellán.